ARTE Entrevista. El vendedor de cielo. FIETTA JARQUE. BABELIA - 21-03-2009
James Turrell está sentado a contraluz en un fresco y amplio salón con muebles de madera y pesadas cortinas entreabiertas. Afuera, el hiriente sol de Vejer de la Frontera golpea en silencio los ventanales. Este hijo de cuáqueros, alto, corpulento y sereno, de cuidada barba blanca y un polo abotonado hasta el cuello, habla con cariño de su volcán en Arizona, el cráter Roden, en el que viene trabajando desde hace tres décadas. También parece complacido con la obra que está construyendo en el parque de esculturas de la gaditana Fundación Montenmedio. Se titula Second Wind 2005 y forma parte de la serie Sky Spaces, derivada de sus experimentos con la luz como material artístico. Es una pieza específica y permanente que se inaugurará el 30 de mayo. Se trata de una estructura subterránea en forma de pirámide trunca, en cuyo interior hay una estupa de piedra sobre una cisterna con agua. Se accede a través de un túnel. Una abertura en el techo permite ver un trozo de cielo. James Turrell (Los Ángeles, 1943) estudió matemáticas, psicología de la percepción y es piloto de aviones. Pero ha hecho carrera en las artes plásticas con piezas en las que la luz y la arquitectura logran efectos asombrosos. El próximo sábado 28 ofrecerá una conferencia en Tenerife, programada dentro de la segunda Bienal de Canarias. Arquitectura, Arte y Paisaje.
James Turrell está sentado a contraluz en un fresco y amplio salón con muebles de madera y pesadas cortinas entreabiertas. Afuera, el hiriente sol de Vejer de la Frontera golpea en silencio los ventanales. Este hijo de cuáqueros, alto, corpulento y sereno, de cuidada barba blanca y un polo abotonado hasta el cuello, habla con cariño de su volcán en Arizona, el cráter Roden, en el que viene trabajando desde hace tres décadas. También parece complacido con la obra que está construyendo en el parque de esculturas de la gaditana Fundación Montenmedio. Se titula Second Wind 2005 y forma parte de la serie Sky Spaces, derivada de sus experimentos con la luz como material artístico. Es una pieza específica y permanente que se inaugurará el 30 de mayo. Se trata de una estructura subterránea en forma de pirámide trunca, en cuyo interior hay una estupa de piedra sobre una cisterna con agua. Se accede a través de un túnel. Una abertura en el techo permite ver un trozo de cielo. James Turrell (Los Ángeles, 1943) estudió matemáticas, psicología de la percepción y es piloto de aviones. Pero ha hecho carrera en las artes plásticas con piezas en las que la luz y la arquitectura logran efectos asombrosos. El próximo sábado 28 ofrecerá una conferencia en Tenerife, programada dentro de la segunda Bienal de Canarias. Arquitectura, Arte y Paisaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario